Karate: las diferencias entre el antiguo y el moderno

Cuando se habla del karate en general podemos tener una idea de que se trata de un arte marcial cuyo propósito principalmente es la defensa personal. Además de que entendemos que se trata de una disciplina que data de hace muchísimo tiempo. Incluso se podría considerar de los deportes más antiguos que aún prevalecen en la actualidad.

Por tanto, no es de extrañar que con el paso de tiempo y de tantas figuras populares dedicadas al karate que dejaron su huella en dicha disciplina, se han marcado varios rumbos del arte marcial. Así que, el karate moderno indiscutiblemente no cuenta con los mismos movimientos, características, métodos y disposiciones que aquel que comenzó hacia los años 3000 a.C., en Okinawa, su tierra de origen.

Sí es necesario destacar que, en cuanto a valores y principios, esta disciplina conserva lo que tomaron desde un inicio del Budismo Zen. Esa es una de las características que hoy se buscan conservar, pues los principios que tiene el karate es de ideal pacifista.

Retomando el tema inicial, con tantos años desde su creación hasta la vigencia actual, podemos cuestionar la cantidad de diferencias que se establecen en lo propio. Así que nos motivamos en esta oportunidad para exponer aquellos principales cambios que, con el tiempo, han surgido.

El karate de Okinawa

La historia del karate será indispensable para determinar cualquier cambio de la disciplina que encontremos con el de la actualidad. Desde el “Te” hasta llegar a su nombre como el que lo seguimos conociendo hoy, “karate”, su propósito entonces era el saber cómo defenderse. Pero nunca el atacar ni incitar a violencia sin verse expuesto al peligro.

Su expansión desde China y la India, significó una variante casi descontrolada de la disciplina. Pues, a medida que el karate era recibido en varios continentes y naciones, más tácticas, movimientos y métodos de defensas se implementaban.

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Dentro de las primeras diferencias y cambios que podemos identificar partiendo de la historia de esta disciplina, es que lo que empezó en Okinawa como un método de defensa, pasó a impregnarse de la filosofía Zen japonesa, que lo conllevó a un cambio dentro del método para el desarrollo personal y luego, se modificó la técnica (Jutsu) por el camino y la guía (Do).

En esta relación de ideas, podemos entender que a pesar de sus diferencias desde que se extendió desde su lugar de origen para encontrarse con otras filosofías, todas las variaciones y estilos que embarca conforman el espíritu del Karate Do. Principalmente ahora que es más frecuente su práctica para el fortalecimiento mental, además del físico.

¿Cómo era la esencia del karate tradicional en comparación al moderno?

El debate sobre las comparaciones de lo que conformaba el karate tradicional con lo que ahora representa el moderno, es un tema del que desde hace muchos años también se comenta. Incluso, los mismos maestros que estudian la disciplina desde su inicio, ofrecen explicaciones del mismo tema en repetidas oportunidades.

Eso puede deberse en parte a que, sus diferencias quizá no son tan superficiales al ojo púbico, incluyendo algunas veces a aquellos que se rodean del mundo de las artes marciales. Así que, indiscutiblemente, para sacar cada diferencia en concreto a lo que representa el karate tradicional, debe conocerse y estudiar con frecuencia la historia del mismo.

El sensei Kuno Yasushi en varias oportunidades explicó que el punto de partida para diferenciar al karate tradicional del moderno radica en el nivel de demanda de los entrenamientos preparativos a eventos o encuentros reales. Dicho personaje afirma que el karate tradicional envuelve la autenticidad de la defensa personal en un sistema de lucha integral. Diferenciado, en gran parte, al que vemos hoy en día en las competencias.

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Asimismo, el fundador de Karate Shotokan, el sensei Funakoshi Gichin, también compartió una de sus analogías. La cual básicamente explica que, el objetivo que tiene el karate tradicional no está enfocado plenamente en el desarrollo de la ejecución de los movimientos ni la destreza del karateca. Si no en que cada persona integrada a esta disciplina debe “formarse como un miembro de la sociedad bueno y honesto”.

Carácter original vs. Deportivo

Un aspecto relevante del karate desde su inicio es que el sistema de defensa personal que conforma está orientado a que cualquier persona, sin importar su condición física o edad, pueda lograr defenderse efectivamente.

Estas prácticas de defensa personal que se destinaba para que desde el más pequeño hasta el más adulto pudiese ejecutar, posteriormente con el tiempo se desvió a un carácter deportivo. Es evidente que se considera como una de las modificaciones de la disciplina sufre tras integrarse a prácticas impartidas en gimnasios o centros.

En suma, el carácter original de karate también se enfocaba en la certeza de los golpes en encuentros de defensa. A diferencia del de ahora que implica un conjunto de patadas y golpes cuyas técnicas mejoradas se valoran más por la rapidez que por la precisión del golpe.

A pesar de que los golpes pueden resultar menos precisos, pero sí más rápidos, esto es lo que busca el karateca moderno. Pues el ideal en una competencia es que los movimientos capturen la atención y sirva para acumular puntos y, por ende, ganar el encuentro.

Cabe destacar que, para las épocas antiguas donde se practicaba el karate en su carácter original, todo karateca se adentraba equitativamente a las modalidades de la disciplina. De igual manera, debían recibir el mismo empeño que cualquier otra modalidad, pues las áreas del karate se consideraban inseparables, para aquel entonces.

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En cambio, de lo comentado, hoy en día es lo común que un practicante de la disciplina se especialice en alguna de las modalidades, bien sea el kumite o el kata. Dicho ideal muy poco se conserva en la actualidad la especialización completa en todas sus áreas.

Otras diferencias del karate tradicional y el moderno

Hay una sutil diferencia entre el tradicional y moderno que podemos verlo en casi cualquier encuentro que se da en la actualidad en las competencias de la disciplina. En dichas ocasiones, las peleas se organizan de acuerdo al peso, sexo o edad de los participantes, con intención de que exista cierta igualdad para el encuentro.

La cuestión es que, el tradicional enseña que su práctica es orientada a poderle hacer frente a cualquier persona que busque agredirnos. Lo que en otras palabras significa que no existen categorías para que se pueda llevar a cabo la defensa personal.

Además de que no podemos dejar de mencionar que el reglamento al que se rigen las competencias de la disciplina en la actualidad, está lejos de considerarse igual a lo que se permitía en el karate tradicional. Por tanto, el reglamento del karate posiblemente es de los primeros ámbitos de la disciplina que sufrió cambios a medida que se popularizaba y llegaba a muchas partes del mundo.

Finalmente, el karate tradicional nos menciona que el estilo de vida que imparte está basado en enseñanzas y principios del budismo. A fin de fomentar el desarrollo integral, además de encontrar la iluminación espiritual y armónico de la persona. En cambio, el karate, que es mayormente demostrado hoy en día, reduce esa esencia a la práctica de pelea inspirada en un espíritu estrictamente deportivo. ¿Consideras que el karate debería volver a impartirse como el tradicional? ¿Por qué?

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